Fecha: 01 de Abril de 2020
Nuestra compañera, Esther Casal, nos dedica unas palabras sobre cómo le ha afectado este estado de alerta en su vida de logopeda.
Apenas llevo tres años ejerciendo como logopeda y viendo la realidad de la profesión. Pero, desde que comencé mis estudios universitarios, siempre me han informado sobre la lucha incesante e incansable que ha llevado a cabo el gremio de logopedas para ser reconocidos y considerados como un servicio fundamental.
Y ahora, el Estado considera que somos un servicio esencial. Qué sentimiento más contradictorio… sentirte reconocido como un profesional sanitario indispensable en este preciso momento y a su vez, una vez más, sentir el gran desconocimiento existente acerca de nuestra profesión.
Quien conoce realmente nuestra labor, sabe que somos un servicio en el que es necesario el “tú a tú”, el “cara a cara”, la cercanía … La logopedia es el contacto personal con el paciente, y el tacto, nuestro instrumento básico. Y ante esta situación tan complicada que estamos viviendo, a falta de antisépticos, desinfectantes, equipos de protección individual… ¿qué servicio de calidad y sin riesgo podemos proporcionar? Conmueve ver la cantidad de clínicas que en su día echaron el cierre por responsabilidad ciudadana, y actualmente no saben si podrán volver a abrir.
En mi caso, y como en el de mucho otros compañeros, me encuentro en desempleo como consecuencia del COVID19. No tengo mi propia clínica, ni soy autónoma… soy una trabajadora más afectada por esta situación y agradecida, en todo momento, de mis compañeros de profesión y de trabajo. Formamos un gran equipo que solo espera volver a la normalidad para trabajar de nuevo y demostrar, mejor y más que nunca, lo verdaderamente esenciales que somos los logopedas.
Como he leído por parte de otros colegas, ojalá algún día también consideren la figura del logopeda como esencial en la Sanidad Pública.
Todo mi apoyo y, ¡MUCHO ÁNIMO COMPAÑEROS!
Así como, todo mi apoyo al resto de sanitarios en nuestra misma situación y, sobre todo, a las personas que se encuentran en un momento tan complicado.
Siempre hay luz al final del túnel.
Un abrazo
Esther C.
Nº asociada 142