Fecha: 13 de Septiembre de 2022
Entrevista en Onda Cero con María Díaz Arenas, Juan A. Fdez. Freijoó y Cristina Vega
Juan Ángel Fernández es el responsable de la Unidad de Atención Infantil Temprana de Langreo. Es un servicio público que atiende a los niños en los que se haya detectado algún riesgo hasta los 3 años. Siempre reciben a niños derivados por el pediatra. Casi la mitad de los casos que les derivan corresponden a niños que tardan en empezar a hablar. Allí es donde se determina qué es lo que les pasa a través de diferentes pruebas que se centran sobre todo en señalar, mirar donde señalamos, gestos no verbales y si nuestro hijo triangula la mirada.
Importante no tomar la parte por el todo. Tardar en empezar a hablar es casi siempre el punto de partida de problemas más preocupantes, pero no quiere decir que si no tienen 50 palabras a los 2 años o hablan “raro” vaya a tener problemas. Pero no hay que dejarlo pasar ni atender a lo que nos dice el entorno porque cuanto antes llegue el tratamiento mejor será. Existen los falsos positivos porque es preferible prevenir y detectar los casos donde realmente haya problemas. Haciendo una media a vuelapluma, de cada 100 niños que llegan a las unidades, unos 7 pueden tener problemas reales de cara al futuro.
En las unidades les ayudan a establecer los puentes que el niño no tiene, conectar esa parte de su cerebro que está fallando. Cuanto antes mejor para modificar su trayectoria. Los especialistas saben provocar la atención, intención, comunicación y juego del niño. Si finalmente es un TEA le acompañará toda su vida, pero en muy diferentes grados y diferentes intensidades. Un autista puede tener lenguaje perfectamente, por eso es un espectro.
A partir de los 3 años, si es necesario, los niños son derivados a unidades específicas. En los colegios también existen aulas concretas para que tengan una plena inclusión. La intervención va más allá de la atención temprana.
Otro trastorno que podemos encontrarnos es el Trastorno Específico del Lenguaje (TEL). Corresponde a aquellos niños que no hablan sin que se pueda determinar el motivo y no presentan ningún otro síntoma. Al igual que un TEA, si se empieza a trabajar pronto con ellos será más sencillo corregir la trayectoria.