Este fin de semana tuvo lugar el segundo congreso de TEL organizado por la asociación ATELCU, en Cuenca, recogió a 180 personas de toda la región entre las que se encontraban familiares de personas con TEL, logopedas, estudiantes y maestros de educación.
Ha sido un congreso donde las emociones se encontraban a flor de piel, e incluso alguna lágrima se dejó asomar, lágrimas de alegría, al ver que existía una realidad distinta a la que los padres creían que sus niños con TEL podían tener e, incluso, distinta a la que algunos padres tuvieron que vivir. Uno de los causantes de esta situación fue David, un chico de 25 años con TEL y socio de ATELMA que vino a contarnos su experiencia, como fue su etapa escolar, sus emociones, su lucha sin ayudas más allá de la que su padre le daba y finalmente como ha conseguido trabajo.
--Derecha, Dña. Llanos Martínez, Presidenta de ATELCU; centro, Ismael Piñera (logopeda, asociado ALPA) izda, Dña. Esther González, Presidenta de ATELMA--
Durante el transcurso de este congreso se fueron tratando varios puntos importantes. Se recordaron desde el humor de Agustín Gómez “los hitos y el desarrollo comunicativo” y nos aportó algunos signos de alarma según el desarrollo típico de los niños. De la mano de Esther Moraleda Sepúlveda nos formamos en las “pautas comunicativas para los padres de niños con TEL” y se hizo un llamamiento a la necesidad de comunicación entre el centro educativo, los familiares y los logopedas para poder ofrecer unos apoyos de calidad al niño con TEL.
También se dieron “herramientas y metodologías accesibles como fomento de la inclusión educativa” por parte de Almudena G. Negrete, quien nos demostró que la inclusión existe y que es posible instaurarla en los centros, pero que ponerle ganas es algo necesario, ya que, aunque se puede, es difícil. Además, aportó ideas y herramientas para facilitar el estudio y aprendizaje de todo niño con necesidades educativas especiales. Y de una manera muy emotiva, esperanzadora y transmitiendo “buen rollismo” apareció Guillermo Ballenato Prieto, quien nos habló de “comunicación y educación en positivo, necesidades y retos”, fue capaz de transmitir alegría en todo momento, lo cual, se reflejó en las palabras, risas y lágrimas que los asistentes le dedicaron, y nos quedamos con su necesidad de ver más allá de las dificultades de todo niño, intentando siempre descubrir las capacidades de la persona para posteriormente desarrollarlas.
Finalmente llegó quizá la parte más técnica del congreso, impartida por Isabelle Monfort Juárez quien habló de “adolescentes y adultos TEL, necesidades y retos” y de “la intervención familiar en TEL, cambios a lo largo del desarrollo” donde dejó claro que los estudios actuales tienen poca muestra de adultos con TEL y por ello se tiende a sobrevalorar las posibles alteraciones sociales que este trastorno puede provocar, y pone de manifiesto que los niños con TEL desarrollan el lenguaje, y que pueden llegar a adquirir un vocabulario rico y variado que en edades más adultas provoque que en conversación apenas se note su trastorno, aunque esto a su vez provoca que en muchas ocasiones se quiten apoyos que son necesarios.
Además, transmite un mensaje de calma hacia los padres que tienen miedo del futuro de sus niños con TEL y que se preguntan ¿será feliz? ¿tendrá amigos? ¿tendrá autonomía? ¿conseguirá trabajar? Remarca que es un miedo común de todos los padres, independientemente de que el niño tenga TEL o tenga un desarrollo “normotípico” y que una de las cosas más importantes que hay es no poner una expectativa sobre el desarrollo del niño muy alta ni muy baja, sino dejarlo ser.
Y nos quedamos con la frase de Guillermo Ballenato que dice:
“Seamos generosos en la alabanza, el elogio, el reconocimiento y tacaños en la crítica, y que hagamos la alabanza en público y la crítica en privado.”
Un abrazo,
Ismael Piñera
Asociado ALPA